"Llama la atención que las heridas más profundas en el alma campesina, en el libro presente, no son tanto las producidas por la pobreza material y por la explotación, sino aquellas que provienen de una supuesta superioridad cultural. Esto vale sobre todo por la situación eclesial: Obispos y sacerdotes que se creen algo mejor, algo más cercano a Dios por su dignidad mayor. Estas personas no reciben estimación en las páginas del libro presente. Con respecto a eso, se juntan las dos ejes de la temática de nuestros testimonios: Problemática eclesial y problemática social que, en el fondo, son la misma cosa:
¿Cómo podemos ser verdaderamente hermanos, delante de Dios y aquí en la tierra?"
"En los Andes del Norte del Perú, en los años 1962/63, empezó a brotar en los corazones de los humildes una esperanza; una esperanza en una vida llena de dignidad, de justicia y de ser todos los hijos del mismo Padre. Por el evangelio, que escucharon por primera vez, descubrieron que el mismo Dios, Jesucristo, había nacido entre ellos para compartir todos sus sufrimientos y todas sus esperanzas".
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